Sal de aquí.
Ya expliqué por qué te necesito
fuera de mí.
Devuélveme mi tiempo (perdido)
o cállate.
Devuélveles todo
lo que podría haber conseguido.
Eres la inocente reencarnación del (mal)
egoísmo que nos corroe a todos
pero eso no es excusa.
Fuera de aquí.
No mereces alojarte en mi pecho.
Sal de mí, ahora.
(09/04/2012)