Nadie sabe cómo llegaste a casa la última noche
porque, para variar,
volvías solo.
Nadie sabe que mientras se helaba la luna
tú arrastrabas la rodilla
por el portal.
Y ahora la alfombra y tu mejilla
son uno sólo
fundidos en un coito entrecortado,interminable,
de lágrimas.
De la mesilla cuelga el teléfono
y constricciona tu angustia
provocándote más llanto.
Del otro lado sólo hay desconocidos
y ya no te queda valor
para acercarte.
Aquel orgullo robado
más allá del hueso roto,
¿de qué podrá servir?
De nada, porque no has sangrado
y ni siquiera ese rastro ha quedado de ti
en la acera.
El sol te va secando la cara
pero aún nadie sabe
cómo llegaste a casa la última noche.
(16-07-2008)
BSO: Old Dances - Kate Nash
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