lunes, 28 de julio de 2008

Danzas Viejas


Nadie sabe cómo llegaste a casa la última noche
porque, para variar,

volvías solo.

Nadie sabe que mientras se helaba la luna
tú arrastrabas la rodilla

por el portal.

Y ahora la alfombra y tu mejilla
son uno sólo
fundidos en un coito entrecortado,
interminable,
de lágrimas.

De la mesilla cuelga el teléfono
y constricciona tu angustia
provocándote más llanto.

Del otro lado sólo hay desconocidos
y ya no te queda valor
para acercarte.

Aquel orgullo robado
más allá del hueso roto,

¿de qué podrá servir?
De nada, porque no has sangrado
y ni siquiera ese rastro ha quedado de ti
en la acera.


El sol te va secando la cara
pero aún nadie sabe
cómo llegaste a casa la última noche.

(16-07-2008)
BSO: Old Dances - Kate Nash

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